¿Sabía que… …a Hernán Cortés, los habitantes de las Indias le llamaban teul, que significa ‘dios, hijo del Sol y gran señor’? …Cortés fue un escritor notable, pero tendía a manipular la historia en beneficio propio? …Cortés se hallaba presente en la fallida expedición de Carlos V contra Argel, en 1541 y fue el único que, pese al desastre, recomendó continuar porque aún creía en la victoria? …Cortés no dudaba en atribuirse méritos ajenos como la conquista de Guatemala, obra de Pedro de Alvarado? …su primera esposa, Catalina, murió en extrañas circunstancias y algunos sospecharon que asesinada por Cortés, pues siempre tuvo fama de mujeriego? …Hernán Cortés nunca quemó sus naves, en realidad las hundió, para evitar así toda posibilidad de retirada a sus hombres? Con Breve historia de Hernán Cortés se acercará a la figura del genial conquistador que, para unos, llevó la semilla del Evangelio a tierras mexicanas y que para otros, en cambio, fue un bárbaro y un genocida. Más allá de la leyenda rosa y de la leyenda negra, una obra que permite descubrir los claroscuros del imperio español en América, con matices a veces sorprendentes. Conozca al héroe que llevó a cabo casi en solitario una gran gesta, aunque su victoria también se debe a miles de aliados indígenas. Un hombre que defendía la civilización mexica pero que no tuvo escrúpulos en enriquecerse con la explotación de los indios. Francisco Martínez Hoyos se acerca con objetividad a una figura mitificada o denostada. Siempre con un conocimiento profundo de la documentación de la época, en la que se prima a los cronistas contemporáneos de los hechos, el autor, no olvida poner de relieve su compleja personalidad: el hombre aficionado a las emociones fuertes es el mismo que da las órdenes con tono mesurado y habla en voz baja. Posee, además, una sensibilidad exquisita, lo cual no le impide cometer atrocidades sin que le tiemble el pulso. Un hombre imbuido de una mentalidad mesiánica, que se cree un elegido para la gloria y que no dudará en perseguir los honores y riquezas que cree merecer. Semidiós para unos, genocida para otros, Hernán Cortés no deja a nadie indiferente. Por la increíble hazaña de conquistar el Imperio azteca en dos años, ya en su época le compararon con Alejandro Magno. Como el macedonio, Cortés fue un comandante audaz, por no decir temerario, hasta el punto de que puede hablarse de una auténtica adicción al peligro. Por ello arriesgó su vida, pero también consolidó su autoridad ante sus tropas, a las que daba ejemplo con su capacidad para aguantar el dolor, el hambre y la sed. Es importante destacar cómo sus hombres son veteranos curtidos, con lo que, en cierto modo, la odisea americana se convierte en la prolongación de la Reconquista. Mientras tanto, con sus enemigos, Hernán Cortés empleaba hábiles estratagemas pero también demostraciones de fuerza despiadadas, como es el caso de la matanza de Cholula, en la que perecieron tres mil personas. ¿Atrocidad o una medida necesaria para adelantarse a la emboscada enemiga? A estas cualidades como soldado añadía una habilidad diplomática poco común, que le servirá para sembrar la cizaña entre sus enemigos de acuerdo con el viejo principio de «divide y vencerás». Supo, en efecto, aprovechar el resentimiento de diversos pueblos contra los aztecas. Su comportamiento hay que leerlo a la luz de los conceptos renacentistas sobre lo que debe ser un líder. Este, en la línea de Maquiavelo, ha de de estar dispuesto a todo para conseguir sus fines. Por otra parte, hay que huir del arraigado concepto que presenta a los aztecas como «buenos salvajes». Estos, por ejemplo, utilizaban a sus prisioneros para sus gigantescos sacrificios humanos. La existencia de prácticas antropófagas se ha negado por historiadores de tendencia indigenista, pero las evidencias disponibles demuestran su realidad. Las victorias hispanas, mientras tanto, ayudaron a implantar el cristianismo. Para los vencidos, su derrota constituía una prueba palpable de que el dios extranjero era más poderoso. Por otra parte, cuando comprobaron que la destrucción de sus ídolos no acarreaba ninguna catástrofe, no pusieron problemas para convertirse. Es importante destacar el sentimiento de asombro que experimentaron los españoles al conocer una civilización tan avanzada como la azteca, con su enorme capital y sus deslumbrantes monumentos. Ante una realidad que les era nueva por completo, los conquistadores, más que ver lo que tenían ante sus ojos, lo interpretaron en función de sus conocimientos previos. Es por eso que Cortés llama «mezquitas» a los templos indígenas, o comparará a Cholula con Granada. A veces, no duda en magnificar todo aquello que encuentra, tal vez para dar mayor importancia a sus hazañas. En la línea de Mario Vargas Llosa y su ensayo Sueño y realidad de América Latina, el autor mostrará cómo los europeos crean un imaginario en el que se mezclan la realidad y la ficción. Más allá de la leyenda rosa y de la leyenda negra, Francisco Martínez Hoyos traza la semblanza política y humana de un hombre complejo, capaz de estas paradojas llamativas. No en vano, la misma persona que explotaba a los indios podía defenderles llegado el caso. Tras la Conquista, convertido en el principal potentado de la Nueva España, se dedicó a sentar las bases de lo que sería México. Se destacarán políticas y económicas de la sociedad virreinal, en vigor hasta la independencia, a principios del siglo XIX. Pero la Breve historia de Hernán Cortés es mucho más que la toma de Tenochtitlán o la batalla de Otumba. Lejos de acomodarse tras sus éxitos, impulsó nuevas expediciones al tiempo que luchaba para que Carlos V reconociera sus méritos. En la Corte, sin embargo, eran muchos los que deseaban limitar su poder. Ya anciano, aún participará en una última aventura, el fracasado ataque contra el nido pirata de Argel. Al igual que en sus mejores tiempos, conservará la fe en la victoria pese a todas las adversidades.

Introducción Con apenas unos centenares de soldados, Hernán Cortés logró apoderarse del Imperio azteca. En unas circunstancias tan difíciles que un historiador, Bennassar, le ha llamado el «conquistador de lo imposible». En esta introducción se traza el perfil humano de un hombre con gran capacidad de liderazgo, un comandante lo bastante lúcido como para permitir la expresión de opiniones discordantes. Más que imponer su autoridad por la fuerza, buscaba persuadir a sus subordinados. Capítulo 1. El hidalgo de Medellín La infancia y la adolescencia de Cortés son períodos poco conocidos, una especie de época oscura. Sabemos que era el hijo de un hidalgo pobre, pero cristiano viejo, lo que en un mundo marcado por la limpieza de sangre le daba una considerable ventaja. Su nacimiento se inserta, pues, en un mundo marcado por los prejuicios religiosos y racistas. Como señala Juan Miralles, al hidalgo le caracteriza un orgullo de casta feroz que le prohíbe trabajar con las manos. Este orgullo queda muy claro en el caso de Cortés, capaz de impugnar a un testigo en su Juicio de Residencia por ser «hijo de una pescadera». Respecto a la familia del conquistador, es poco lo que se conoce, pero consideraremos los indicios respecto a la existencia de hermanas y la aparición de sobrinos, consumada la Conquista. En cuanto a su formación, estudia leyes y latín en la Universidad de Salamanca, aunque, por lo que parece, sin llegar a obtener un título académico. Se confirma así la tesis de Henry Kamen que niega el tópico que presenta a los conquistadores como «la hez de la sociedad». Este capítulo ha de analizar el impacto que tuvo el descubrimiento de América en la sociedad española, y quiénes fueron los primeros en llegar al Nuevo Mundo y qué objetivos perseguían. Capítulo 2. Soñando con el futuro Decidido a buscar nuevos horizontes, Cortés se marcha a Santo Domingo y allí recibe tierras para dedicarse a la agricultura. A cambio, debe residir un mínimo de cinco años en la isla. Mientras tanto, ejerce de escribano, puesto que, salvando las distancias, puede considerarse equivalente al actual de notario. En 1511 se traslada a Cuba, donde se convierte en uno de los pioneros de la introducción del ganado vacuno y caballar, de manera que adquiere una posición acomodada. El estudio pondrá de relieve esta faceta de comerciante y hombre de empresa, hasta la fecha poco tratada. Una vez más, hay que confrontar versiones contrapuestas ya que un biógrafo tan autorizado como Juan Miralles señala que no parece existir en él vocación de conquistador en aquellos momentos. Contrae matrimonio por entonces, obligado por el gobernador, con Catalina Suárez Marcaída, una mujer a la que había seducido y a la que había prometido desposar. Este hecho nos permitirá reflexionar sobre la actitud de Cortés hacia las mujeres –siempre fue un donjuán—, pero también sobre sus prejuicios clasistas. Por lo que sabemos, menospreciaba a su esposa por su bajo nivel social. Contamos con la versión de los cronistas, pero también con los testigos de la boda que declararon en el proceso que la madre de Catalina, ya fallecida ésta, inició contra Cortés en 1529. Capítulo 3. La expedición a México El 18 de febrero de 1519, Cortes parte de Cuba hacia México. Invierte una fortuna en la expedición, considerándose un elegido del destino. Los indígenas ofrecen oro a los españoles, con lo que únicamente excitan su codicia. Cuando se dan cuenta de que no son amigos de los aztecas, se facilitan alianzas contra el enemigo común. No en vano, las diversas tribus estaban sometidas a un poderoso imperio, militarista y fuertemente represivo. Se pondrá énfasis, por tanto, en estudiar las relaciones entre dominadores y dominados, que explicarán el posterior éxito de Cortés. Al que también ayudarán las creencias religiosas que le confunden con el dios Quetzalcóatl, cuyo retorno profetizaba la mitología local. A propósito de si tiene poder para poblar nuevas tierras o no, Cortés se enfrenta con el gobernador de Cuba, Diego Velázquez. Este envía a Pánfilo de Narváez para arrestar al rebelde, pero Cortés le vence e incorpora a los supervivientes a sus filas. Es importante destacar que la victoria de nuestro conquistador no es sólo militar, también jurídica. Ha fundado una ciudad, Veracruz, y ha conseguido que le nombren justicia mayor y capitán, con lo que sus cargos ya no proceden de Velázquez. Como tantas otras veces, sus movimientos cuidadosos sorprenden a sus enemigos. Sin embargo, ha tenido que dejar Tenochtitlán, donde la represión de Pedro de Alvarado enciende los ánimos. Su regreso no sirve para nada, porque su exceso de confianza le lleva a minusvalorar el peligro. Se produce entonces la revuelta azteca. Durante la llamada Noche Triste, los españoles sufren una tremenda derrota que se salda con bajas cuantiosas. Capítulo 4. La Malinche En la Conquista de México, la Malinche desempeñó un papel primordial. Que no reduce, ni mucho menos, a su faceta de traductora, ya que también resultaron muy valiosos sus conocimientos sobre las costumbres locales, a la vez que su talento diplomático. Incluso la encontramos infundiendo valor a los españoles en los momentos más dramáticos. Fue también la amante de Cortés, al que dio uno de sus hijos más queridos, Martín. No es cierto, sin embargo, que la suya fuera una gran historia de amor, como a veces se ha querido decir. La historiografía mexicana la ha considerado una traidora, e incluso ha acuñado el término despectivo de malinchismo, para referirse a los que dan la espalda a su patria. Sin embargo, tal visión carece de fundamento ya que ella no era azteca. Capítulo 5. La victoria Tras la Noche Triste, Cortés se rehace y obtiene una gran victoria en Otumba. Su objetivo, sin embargo, sigue siendo el regreso a Tenochtitlán. Lo preparará durante ocho meses, con refuerzos llegados desde España, Cuba y Jamaica. El asedio, en términos humanos, se salda con una gran matanza. Cortés intenta detener la saña de sus aliados indios, pero en vano. Su victoria se debe a un conjunto de factores. Para empezar, a la explotación de las divisiones de los indígenas. Por ejemplo, prometió ayuda a los totonacas si se rebelaban contra los aztecas. Por otra parte, demostró genio estratégico y contó con superioridad armamentística (factor que no hay que negar ni sobreestimar). Tampoco hay que perder de vista que se enfrentaron dos concepciones muy distintas de hacer la guerra. Los aztecas no buscaban matar a los españoles sino hacerlos prisioneros. Además, no atacaban de forma coordinada, por lo que no sabían aprovechar su ventaja numérica. Por último, hay que tener en cuenta el impacto de los virus traídos desde Europa, que provocaron epidemias catastróficas. Capítulo 6. La organización de un imperio Cortés crea México como nación mestiza. Unos hablan del mestizaje como un proceso traumático de violaciones en masa, pero otros describen una mezcla pacífica. Se alza Ciudad de México sobre las ruinas de Tenochtitlán, como capital de la Nueva España. Se reparten encomiendas y se fundan municipalidades. Carlos V quiere sustituir al conquistador por funcionarios reales enviados desde la península, ya que desconfía de su enorme poder. Cortés, sin embargo, mantendrá siempre una lealtad a la Corona a toda prueba. Capítulo 7. Las otras expediciones Después de la conquista de México, el siguiente objetivo de los españoles es encontrar un estrecho por el que pasar del Atlántico al Pacífico. Se trata de hallar una ruta más rápida para llegar a las Molucas o islas de las Especias. Cristóbal de Olid se pone al frente de una expedición a Honduras, pero acaba rebelándose contra la autoridad de Cortés. Este reacciona cegado por la ira. Encabeza una catastrófica expedición de castigo, adentrándose en la selva, exponiéndose a los estragos del hambre. Por el camino, manda matar a Cuauhtémoc, su prisionero. Atribuye al último monarca azteca una supuesta conspiración, pero testimonios españoles como el de Bernaldo Díaz del Castillo señalan lo injusto de la ejecución. Cuando vuelve de Honduras, la justicia real ordena su arresto y exilio. Se le acusa de una inaudita voracidad sexual, entre otros cargos. Parte para España en 1528. Consigue entrevistarse con Carlos V y este le nombra marqués del Valle de Oaxaca, pero no le devuelve el título de gobernador. Llegados a este punto, debemos analizar qué partidarios tenía Cortés, quiénes eran sus enemigos, y cómo se mueve en el juego de intrigas de los círculos del poder. Contrae matrimonio con Juana Ramírez, hija del conde de Aguilar, precisamente para acrecentar sus influencias. Los aztecas son conocidos, pero no los nuevos pueblos que Cortés encuentra en sus nuevas aventuras. Los huastecos, por ejemplo. ¿En qué términos se produjo el choque cultural? A los españoles, por lo que nos dicen sus cronistas, les escandalizó la práctica de la homosexualidad masculina. Capítulo 8. Tiempo de reconstrucción Vuelve a México arruinado, pero en el cuatrienio 1531-1535 logra reconstruir su imperio económico. Con tanto éxito que hasta cuenta con recursos para financiar expediciones a la búsqueda del Mar del Sur. Uno de sus capitanes, por ejemplo, alcanza la Baja California. Otro bautiza como Mar de Cortés lo que se conocerá como golfo de California. Como empresario, Cortés se dedica a la producción agrícola. Mientras tanto, mantiene pleitos diversos y sus relaciones con el primer virrey, Antonio de Mendoza, son tensas. Este intentará apropiarse de uno de sus méritos: el envío de refuerzos al conquistador del Perú, Francisco Pizarro, hecho poco mencionado en la bibliografía al uso. Capítulo 9. La ingratitud del emperador Regresa a España. Participa en el ataque contra Argel, donde es el único partidario de proseguir el combate, mientras los demás aconsejan la retirada. Es necesario explicar la expedición en el contexto de la rivalidad peninsular con los piratas berberiscos, apoyados por los otomanos. Cortés solicita a Carlos V, sin éxito, que reconozca los méritos de su carrera. Durante sus últimos años vivirá por encima de sus posibilidades, endeudándose, como tantos otros nobles, para mantener su rango social. Pero también se dedica a ocupaciones religiosas, ya que celebra una tertulia donde se tratan temas de espiritualidad. A él, por ejemplo, le correspondió hablar en cierta ocasión de la preparación del cristiano ante la muerte. Por lo que sabemos, Cortés parece haber sido un hombre de fe sincera, aunque fuera cristiano a su modo. A modo de balance, se reflexionará sobre si Cortés siguió siendo español toda su vida o fue una especie de conquistador conquistado, que se dejó ganar por el Nuevo Mundo, al que habría convertido en su patria. Capítulo 10. De la historia a la leyenda: Cortés en México y España La posteridad ha sido ambigua con Hernán Cortés. Mientras en España se le mitificó como si fuera un héroe sobrehumano, en México se le intentó borrar de la memoria nacional, como puede comprobarse en la investigación de Enrique Krauze. Primero, los próceres de la independencia lo consideraron una figura maléfica. Un escritor liberal del siglo XIX, Ignacio Ramírez, le acusará de haber llevado la sífilis, la viruela, los inquisidores y otros desastres. Más tarde, los pintores muralistas le retrataron como un asesino. Sin embargo, historiadores como Juan Miralles o novelistas como Carlos Fuentes se han pronunciado a favor de que el país asuma su pasado en toda su integridad.

A BRIEF HISTORY OF HERNÁN CORTÉS Discover the tumultuous history of the Medellín’s nobleman, the bold and reckless Captain addicted to danger who conquered the Aztec Empire with his military cleverness and the support of thousands of native allies. Hernán Cortés was one of the most fascinating conquerors of the Spanish Empire; a soldier and a scholar, a demigod for some, a genocidal warmonger for others, he leaves no one indifferent. A Brief History of Hernán Cortés will let you discover the outstanding and brilliant conqueror who, for some people, spread the Gospel in Mexican lands and, for some others, was just a genocidal savage. This work is not a romantic account of his exploits and goes beyond the Black Legend. It lets us discover the lights and shadows of the Spanish Empire in America, including sometimes a broadening palette of surprising shades. Know the man and his epic achievements, the hero that succeeded almost alone, although it must be said that he had the help of thousands of native allies. A man that defended the Mexican civilization but had no qualms about exploting the natives in order to get rich. Francisco Martínez Hoyos brings us an impartial portrait of a larger-than-life but also reviled figure thanks to his deep knowledge of the historical documentation, based mostly upon the contemporary chroniclers’ accounts. The author does not forget to highlight Cortés’ complex personality; a man addicted to danger that gives orders calmly and speaks in a quiet tone, that has an exquisite sensitivity, which does not prevent him from committing atrocities without hesitation; ultimately, a man with a messianic complex, that believes he is been chosen for greatness and that will not hesitate to pursue the wealth and glory he thinks he deserves.

Francisco Martínez Hoyos (1972) achieved his doctorate at the University of Barcelona with a thesis on JOC, Juventud Obrera Cristiana (Young Working Christians). Since then, he has carried out numerous investigations focused on Christian progressisivism. Although, in recent years, he is been more interested in Latin America. He has just released the book Francisco de Miranda, The Eternal Revolutionary and has coordinated Uncomfortable Heroines, a work about the key role of women in the independence movements in Latin America. He is a member of the Editorial Board of the academic journal Historia, Antropología y Fuentes Orales. He is also a columnist and critic whose writings have appeared in Cultura (La Vanguardia’s cultural supplement magazine), Historia y Vida, El Ciervo o Spagna Contemporánea. Sales pitch: -A Brief History gives us an unprejudiced vision with endless facets to discover, and brings us a Comparative History study in order to understand Cortés under the light of his political and social circumstances and in comparison with several other conquerors of his time. -This work is based upon the author’s original investigations and a wide review and update of current bibliography. -The author bases this work mainly on the chronicles of the contemporary protagonists of these historical facts, such as Bernal Díaz del Castillo, in order to avoid the common misinterpretations about Cortés that can be found in several studies on the subject. -A Brief History is a demythologizing work about this historical figure without any romanticism and goes beyond the Black Legend. -The author narrates Cortés’ military exploits in a very visually and entertaining way, conveying with great sharpness not only the epic glory of the character but also of those times.

El único modo fiable de acercarse a la historia de Hernán Cortés, un ejercicio imprescindible para conocer la historia de España y de Centroamérica, es extraer de las fuentes de la época la realidad que se esconde tras la mitificación del personaje. “Breve Historia de Hernán Cortés” emprende esta tarea alejándose tanto de la leyenda negra como de la santificación del conquistador. La propia figura de Cortés ya es compleja porque mezcla ideas clásicas con otras totalmente revolucionarias, mezcla pasajes llenos de comprensión y sabia aplicación de la justicia con masacres indiscriminadas, mezcla un arrojo fuera de lo común con un carácter diplomático, atemperado y sensible. Francisco Martínez Hoyos no se centra en el libro en las gestas militares de la victoria frente a los aztecas, además de estas, trata otros acontecimientos como la catastrófica expedición a Honduras o la participación, a las órdenes de Carlos V, del asedio a Argel, donde un anciano Cortés fue el único en confiar en la victoria. También analizará otras figuras imprescindibles para entender a Cortés como la Malinche, que excedió no pocas veces sus labores de traductora, y batallas menos conocidas del conquistador como su lucha jurídica, paralela a la militar, para que el rey reconociera sus méritos. Cortés fue comparado con Alejandro Magno y su capacidad diplomática y militar no tenían nada que envidiar al macedonio, su poder llegó a ser tan grande que el emperador Carlos V tuvo miedo de él y jamás reconoció la importancia del conquistador. Francisco Martínez Hoyos (1972) se doctoró por la Universidad de Barcelona con una tesis sobre la JOC (Juventud Obrera Cristiana). Desde entonces, ha dedicado numerosas investigaciones al progresismo cristiano. En los últimos años, sin embargo, su interés se decanta hacia América Latina. Acaba de publicar Francisco de Miranda, el eterno revolucionario (Arpegio, 2012) y ha coordinado Heroínas incómodas (Rubeo, 2012), acerca del protagonismo de la mujer en las independencias hispanoamericanas. Es miembro del consejo de redacción de la revista académica Historia, Antropología y Fuentes Orales. Colabora como articulista y crítico en publicaciones como Cultura/s (suplemento cultural de La Vanguardia), Historia y Vida, El Ciervo o Spagna Contemporánea.

Descargas: Portada de la obra Cubierta de la obra Hoja promocional Comienza a leer Download the tip sheet