La escalofriante epopeya de la primera vuelta al mundo
La increíble aventura de unos hombres capaces de sobreponerse a cualquier tipo de muerte para circunnavegar la Tierra y ganar la batalla por las especias.
... la vuelta al mundo de Magallanes fue infinitamente más importante que la llegada a "las Indias" de Colón, ya que transformó el pensamiento científico de toda una época?
... la tripulación estaba formada por 256 hombres de los que tan sólo sobrevivieron 17?
... Juan Sebastián Elcano fue uno de los amotinados en San Julián y que Magallanes le perdonó la vida?
... Magallanes ordenó descuartizar a los amotinados, sólo para que su tripulación tuviese comida fresca?
La expedición de Hernando de Magallanes, la primera en dar la vuelta al mundo y confirmar definitivamente que la Tierra es redonda, fue aprovisionada en Sevilla y partió desde el puerto de Sanlúcar de Barrameda, en la desembocadura del Guadalquivir, el 20 de septiembre de 1519.
Se componía de cinco embarcaciones: la Trinidad, nave capitana al mando de Magallanes; la Concepción, capitaneada por Gaspar de Quezada y con Juan Sebastián Elcano como contramaestre; la San Antonio, a cargo de Juan de Cartagena; la Santiago, dirigida por Juan Serrano; y la Victoria, capitaneada por Luis de Mendoza. La dotación estaba formada por 265 hombres, la mayoría de los cuales nunca más regresaría a España. Volvieron sólo 17 sobrevivientes, únicos testigos de una travesía tan heroica como escalofriante, un viaje de aventuras signado por el horror del hambre, el escorbuto, los motines, los crímenes…
Era un siglo de conquista de mares y nuevos mundos. Miles de españoles cruzaban el océano para ganar honra y, sobre todo, oro. Para salvar almas de infieles y para agrandar los dominios del Rey. Pero en América no los esperaba siempre la gloria. Hay también una historia negra detrás de la postal de vencedores y vencidos que se ha transmitido a través de los siglos: Expediciones que reclutaban presidiarios y malandrines de baja estofa, con las consecuencias del caso. Una sed exacerbada de hacerse de riquezas incalculables -aquí y ahora-, que producía errores y descuidos con un costo altísimo en vidas humanas, americanas y españolas. Traiciones y motines, que delataban la crisis política y de autoridad que se vivía en las cortes europeas y en España en particular. Cálculos erróneos de distancias y víveres, en los que una pequeña diferencia cartográfica condenaba a miles de marineros a meses de hambruna y epidemias en alta mar.
Un almirante, como Magallanes, que una vez que logró trasponer el tan ansiado estrecho que comunicaba el Atlántico con el Pacífico, se encontró de pronto con un océano incalculable, que sobrepasaba largamente todos sus cálculos, y al que debió enfrentarse sin agua ni comida, con hombres agotados y sin fe y con una tripulación a punto de estallar. Ésta es la historia que atravesará las páginas del libro: la cara oculta, la menos conocida y tal vez la más cruel de la conquista.
Hernando de Magallanes, que había nacido en Oporto en 1470, participó en la primera expedición del primer virrey de las Indias Orientales, Francisco de Almeida, combatió junto con Alfonso de Alburquerque en la ciudad de Malaca y fue herido en África en lucha contra los moros.
A los 35 años, era un marinero experimentado que sentía que no había recibido el suficiente reconocimiento del rey de Portugal. Se fue a España y se desnaturalizó ante escribano público de la ciudadanía portuguesa.
Interesado en la redondez de la Tierra y el descubrimiento de un pasaje hacia las Indias por Occidente, Magallanes deseaba viajar hacia las Malucas, que –según se decía- estaban llenas de riquezas, sobre todo especias. Su idea era navegar rumbo a las islas siguiendo la ruta del oeste, pero para eso debía descubrir un pasaje hacia el Océano Pacífico (entonces llamado Mar del Sur) que suponía se encontraba en el continente sudamericano.
El almirante estaba seguro de que las Malucas estaban dentro de la demarcación española que había fijado el Tratado de Tordesillas, firmado entre España y Portugal en 1494. Por eso propuso al monarca español llegar por una ruta occidental de jurisdicción española, a través de un paso o estrecho por el sur de América, evitando entrar en la zona de dominio portugués.
Luego de un año de insistencia y tratativas se aprobó su proyecto y, el 22 de marzo de 1518, el rey firmó una capitulación en Valladolid, por la que Magallanes era nombrado capitán general de la flota expedicionaria y gobernador de todas las tierras que descubriese o conquistase.
La preparación de la expedición fue muy lenta, sobre todo por las intrigas de la corte portuguesa, que interrumpían continuamente la empresa. Finalmente partieron en septiembre de 1519. Pasaron por Islas Canarias, Río de Janeiro, Montevideo… Al llegar a la desembocadura del Río de la Plata, Magallanes creyó que había encontrado el paso hacia el Mar del Sur, pero al internarse con su flota notó que se había equivocado, lo que inquietó peligrosamente a la tripulación. Siguieron camino al sur y se fueron sumando problemas, como las bajas temperaturas y los paisajes áridos de la Patagonia, que provocaron una creciente desconfianza de los marineros hacia el capitán, que había pronosticado que el paso estaría en esa latitud.
Al llegar a la bahía de San Julián, Magallanes ordenó el desembarco para invernar por espacio de cinco meses. En ese tiempo, la nave Santiago naufragó en tareas de exploración y comenzaron a producirse motines, acaudillados por los capitanes de las embarcaciones.
En agosto de 1520 anclaron en el río Santa Cruz, donde se quedaron dos meses. En octubre descubrieron el cabo que llamaron de las Vírgenes, lugar en el que se inicia el estrecho que comunica el océano Atlántico con el Mar del Sur. Magallanes lo hizo inspeccionar y, cuando comprobó que realmente era el paso que buscaban, resolvió seguir adelante hacia su sueño de especias.
La nave Santiago se hundió al chocar contra los acantilados de la costa y la tripulación de la San Antonio, al mando del sobrino de Magallanes (Álvaro de Mezquita) se amotinó. Mezquita fue a prisión a bordo y la tripulación volvió a España (se presume que, al tomar rumbo hacia el cabo de Buena Esperanza, esta carabela avistó las islas que después fueron llamadas Malvinas).
Pero Magallanes había encontrado su paso a las maravillosas islas de Oriente y el 27 de noviembre salió al Mar del Sur.
El capitán estaba exultante, pensando en que había estado en lo cierto desde el principio y que sólo necesitaba seguir el aroma cargado de especias para llegar a las islas. Lástima que, al igual que la mayoría de los exploradores de su época, Magallanes no tenía idea de las distancias que debía recorrer… La realidad era que lo esperaba un viaje por casi la mitad del globo terrestre, en condiciones extremas y por una ruta en la que no iba a encontrar ningún puerto o isla donde aprovisionarse.
Aquí comienza la verdadera historia, de la que trata este libro, Magallanes y el monstruo del hambre. Dos meses de horror a través de los que se vislumbra la otra cara de una época.
Las dos únicas islas que encontraron en la tremenda soledad del mar eran muy pobres, sin frutos ni animales, y las bautizaron Islas Desventuradas.
A los que morían de hambre los arrojaban por la borda, y los cadáveres quedaban flotando porque no tenían cuerda y peso para atarlos. Los barcos parecían detenidos en un océano que no terminaba nunca y el horizonte era la nada.
El sufrimiento atroz de los hombres provocó una nueva e inusitada compasión en el duro Magallanes. Dice Pigafetta que todas las mañanas cojeaba entre las víctimas, cuidando a los que habían escapado de la muerte durante la noche, “nunca se quejaba, nunca se hundía en la desesperanza”.
El 24 de enero apareció en el horizonte un pequeño atolón deshabitado. Los marineros, hambrientos, apenas encontraron un poco de agua dulce, algunas aves marinas y huevos de tortuga. Volvieron a pasar semanas de espanto, sin tierra ni alimentos, hasta que –el 6 de marzo- la pesadilla del hambre se esfumó al llegar a una isla cuyos habitantes subieron a bordo tomando todo lo que encontraban a su alcance. Las bautizaron Islas de los Ladrones, (hoy se llaman Marianas), y allí pudieron, por fin, aprovisionarse de agua y víveres.
Finalmente, el férreo marino armó una tripulación de españoles, portugueses, italianos, franceses, alemanes, flamencos, moros y negros, muchos de dudoso prontuario, creyendo que su fuerte personalidad los mantendría a raya, pero otra fue la historia...
El 16 de marzo de 1521, Magallanes y los otros sobrevivientes del desastre llegaron a las islas de San Lázaro, después llamadas Filipinas en homenaje a Felipe II. Poco tiempo después entraron en el puerto de Cebú y luego en el islote de Mactán, donde lucharon contra los aborígenes y donde Hernando de Magallanes perdió la vida el 27 de abril, herido en una pierna con una flecha envenenada.
Muerto Magallanes, la expedición prosiguió a las órdenes de Juan Sebastián Elcano, quien tuvo la fortuna de llegar a las Molucas, tierra soñada de especias y riquezas. Arribó con el Victoria, único navío que quedaba, y con los únicos 17 sobrevivientes.
Magallanes no pudo recibir los honores por la hazaña de dar la primera vuelta al mundo y abrir la ruta de oriente para España. Pero su viaje pasó a la eternidad como una de las gestas más apasionantes y atroces de la historia, que marcaría para siempre el futuro de la navegación y del alma humana.
- Apasionados por los relatos de aventuras, navegantes, piratería...
- Lectores interesados en la historia de los siglos XV y XVI, era de los grandes descubrimientos marítimos.
- Público al que le guste tener una visión más profunda y amena de una historia que nos pertenece, y que supuso un importante avance para la humanidad, como fue coronar la primera vuelta al mundo.
- Por el placer de descubrir una aventura extraordinaria llena de luchas, emociones y sentimientos tan humanos como la desesperación y la desconfianza, y que es parte de nuestra historia real.
- Porque nos acerca a un personaje fascinante que cambió el rumbo de la historia de la humanidad y al que apenas se han dado oportunidades literarias de manera tan intrépida como rigurosa.
- Por la precisión y firmeza de la obra al narrar la epopeya con detalles descriptivos que la hacen única y apasionante.
An adventure full of mutinies, crime, discoveries, heroes, and villains... The story of how Magellan sought to show that the Earth was round by traveling around the world and suffering, as a consequence, betrayal, hunger, and disease during two long years.
In 1519, the Portuguese left Seville accompanied by four captains and 256 men –a crew of Spanish, Italian, German, Flemish, Portuguese, African, and Arab crewmen recruited forcefully and who were not convinced of what they were in for. From the very first moment of the journey an error was made that would have its consequences during the long journey.
An extraordinary plot that narrates with precision and resolve this unique and emotional feat of two men who, despite the storms at high sea, the battles with indigenous populations, the mutinies and the epidemics suffered during the crossing, were part of the greatest marine adventure of all time.
For fans of stories of adventure, piracy, sailing... And those readers interested in the history of the 15th and 16th centuries, time period of the great maritime journeys and discoveries.
The author
Gabriel Sanchez Sorondo (1965) has worked as a columnist and contributor for various publications in his country (La Nación, La Prensa, Revista Ciudad Abierta, Revista Cultura,…). He has also taught workshops related to journalism and culture and has worked as a free-lance writer for advertisements (Kodak, Aiwa, Dove, among others)...
He is the author of: Cafés de Buenos Aires, Buenos Aires Populares (about bars in Buenos Aires), Carne sobre Carne (poetry) and Buenos Aires Sacado, among others.
Diese Geschichte ist ein Abenteuer voll von Meutereien, Verbrechen, Entdeckungen, Helden und Bösewichten. Eine Geschichte über eine riskante Reise über den Zeitraum von zwei Jahren in der sie mit Hungersnöten, Verschwörungen und Krankheiten zu kämpfen hatten.
1519 verlieβen Magallanes und Elcano mit 4 Kapitänen, den dazugehörigen Schiffen und 156 Männer den portugiesischen Heimathafen in Richtung Sevilla. Die Männer für sich zu gewinnen, war nicht einfach, da sich nicht viele den Befehlen eines Ausländers unterwerfen wollten und es sich zu dem auch noch um eine lange Expedition handeln sollte. Zu guter Letzt, konnte Magallanes dann Spanier, Italiener, Franzosen, Deutsche, Portugiesen, Zigeuner, Afrikaner und Araber für sein Vorhaben anheuern, die aber keinesfalls von der Unternehmung überzeugt waren. Dieses sollte sich auf der Reise als sehr hinderlich erweisen.
Diese Geschichte, die mit Hingabe und Verstand ein einzigartiges und aufwühlendes Heldenepos zweier Männer erzählt, die trotz der Stürme auf See, der Intrigen, der Kämpfe mit Ureinwohnern, der Meutereien an Bord und der Epidemien auf ihrer Reise, ihr groβes Ziel (die Weltumrundung) nicht aus den Augen verloren haben. Die Reise, aus der sich dann eines der gröβten Abenteuer der Geschichte entwickelt hat.
Warum Sie dieses Buch kaufen müssen:
• Um einen Einblick in ein unglaubliches Abenteuer zu erhalten, dass von Kriegen, Emotionen, Gefühlen wie Enttäuschungen und Ängsten handelt.
• Wir nähern uns einer Person, die mit dieser Weltumrundung den Lauf der Dinge und Überzeugungen der Menschheit verändert hat und von dem man trotz allem noch nie so schonungslos und unerschrocken berichtet hat.
• Die Genauigkeit und Beharrlichkeit wie diese Geschichte erzählt wird, mit allen Details, macht dieses Heldenepos einzigartig und fesselnd.
La aventura de Vasco de Gama que le llevó a las Indias a través del cabo de Buena Esperanza abrió una guerra por el control de las especias y por el control estratégico mundial que concluiría con la gesta de Magallanes y Elcano: la expedición que dio, a ciegas, la primera vuelta al mundo. Magallanes y Elcano nos traslada toda la aventura, la pasión, la crueldad y el heroísmo de esta gesta, y nos da a conocer datos poco tratados en este tipo de obras como qué papel real tenían los reyes en estas expediciones, cuál eran las competencias de los capitanes en estas aventuras, cómo se formaban la flota que se embarcaba o cómo solventaban los problemas de alimentación y de bebida en unos viajes en los que, en la mayoría de los casos, las cartografías eran inexactas o directamente inexistentes.
En 1519 parten desde Sevilla cinco naves y 256 hombres bajo el mando de Magallanes, un navegante nacido en Portugal que rechazó su nacionalidad y fue nombrado capitán por el emperador Carlos I, 14.500 leguas y tres años después regresará a suelo español una sola nave, con 17 hombres y capitaneada por Juan Sebastián Elcano. Gabriel Sánchez nos traslada con toda su viveza esta epopeya en la que los hombres de Magallanes tuvieron que superar motines, naufragios en islas abandonadas, deserciones, batallas contra los indígenas, enfermedades y hambrunas. La ruta parte desde Sevilla y toma rumbo hacia América desde las Islas Canarias, ya en América pasarán por Río de Janeiro, Montevideo y entrarán en el Río de la Plata creyendo que el paso al Pacífico estaría allí, este error dará comienzo a las primeras disidencias en la tropa, agravadas por tener que obedecer a un capitán extranjero en una misión cuyo destino se había ocultado deliberadamente. Pasan el invierno en el sur de Argentina y es cuando la tripulación se amotina, Magallanes ajusticiará a los amotinados llegando a descuartizar a Juan de Cartagena.
Pero el momento más duro será cuando, tras la euforia de cruzar América, se enfrentarán a un océano cuya extensión no conocían, dos meses de travesía sin víveres en los que comieron, ratas, serrín, e incluso cuero. En 1521 llegan, tras no pocas visicitudes a las islas Filipinas y desde ahí irán al islote de Mactán donde, Magallanes, en una batalla innecesaria contra los indios locales, morirá por una flecha envenenada. En septiembre de 1522 pisaron de nuevo suelo español, sólo quedaban 17 marineros y una nave, pero habían conseguido confirmar que la tierra era redonda y habían comprobado la inmensidad del Pacífico.
Una representación fiel de esta aventura en la que se cambió el signo de la historia y el pensamiento de la época, no sólo confirmando que, efectivamente, la Tierra era redonda, sino modificando la estrategia política de los estados hegemónicos.
Gabriel Sánchez Sorondo (1965), ha trabajado como columnista y colaborador en numerosas publicaciones de su país (La Nación, La Prensa, Revista Ciudad Abierta, Revista Cultura...). Ha ejercido labores de docencia en talleres relacionados con el periodismo y la cultura, y ha participado en publicidad como redactor free-lance para empresas como
Kodak, Aiwa, Dove, entre otras... Como escritor es autor de: Cafés de Buenos Aires, Buenos Aires Populares (acerca de Bares porteños), Carne sobre Carne (poesía) y Buenos Aires Sacado, entre otros.