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Edición de Alberto Laiseca
Dr. WATSON: ¡Cielo santo! ¿Quién sería capaz de asociar la idea de un crimen con estas preciosas casitas?
SHERLOCK HOLMES: Siempre me han infundido un cierto horror. Tengo la
convicción, Watson, basada en mi experiencia, de que las calles más
sórdidas y miserables de Londres no cuentan con un historial delictivo tan terrible como el de la sonriente y hermosa campiña inglesa.
Dr. WATSON: ¡Me horroriza!
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